La expresión produce un primer impacto que nos hace imaginar la acción con una ceja para arriba y – quizá – rostro dubitativo. Pero para hacer ciencia, todo lo que hace falta es tener lo que podríamos llamar “espíritu” científico.
Te aseguro que no se necesitarán laboratorios especiales ni complejos instrumentos. Lo que se requiere para hacer ciencia está al alcance de cualquier niño preescolar, y me atrevería a aseverar con vehemencia que ellos poseen esas capacidades a veces con mayor intensidad que muchos adultos.
Las llamadas etapas del método científico son observación, comparación, formulación de preguntas y búsqueda de respuestas. En base a ello se infieren conceptos e integran a aprendizajes.
Ahora bien, lleva esas acciones a la vida cotidiana de un niño de corta edad. Todo es curiosidad, observación, comparación con las cosas ya conocidas y exploración de la mano de sus mayores, en mi opinión la ciencia a este nivel no solo es posible sino altamente recomendable
